lunes, 21 de junio de 2010


Hoy mi vida se podría decir que acaba. Ya nada importa. Me llamo Eduardo y os voy a narrar una historia real, pero a la vez horrible.

Todo empezó cuando yo era muy pequeño. Tendría unos dos años, mi hermano, un año mayor que yo, enfermó por una enfermedad de la piel, exactamente no sabíamos cuál era pero no se podía curar. Duro un par de meses, no más, y hay se murió y con él se llevo una parte de mí.

Dos años más tarde, íbamos mi madre y yo en el coche. Mi padre estaba en la mili y una moto empezó a cruzarse de carril a carril. En uno de los cambios se estampó contra nosotros y mi madre falleció en el acto.

Se podría decir que no me quedaba nada, ya que a mi padre la veía una vez al año y no más de cuatro días.

Mientras, yo pasaba de internado a internado. A veces hasta por casas de recogidas de niños.

Mi padre era un chico muy joven, con algo de barba y bigote, pero no mucho. Vestía ropa uniforme, de estas verdes de la mili y la guerra. Solía llevar una escopeta y, algo que nunca olvidaré, es que le encantaba leer el periódico sobre todo el "ABC".

Él siempre me decía- cuando veas algo que te gusta, nunca dejes pasar esa oportunidad, cómpralo o léelo o lo que sea, pero aprovéchala, que no siempre te ocurren cosas así.-

Y yo le contestaba_ lo sé padre, lo sé. Nunca las dejaré pasar.

Pero aún así, él insistía.

Sinceramente, a medida que pasaba el tiempo, me daba más rabia no poderle ver todo lo que pude.

Nunca tuvo ningún problema con la mili, pero la semana pasada, de estrés dicen algunos, falleció.

El "jefe" o lo que sea, el que más mandaba, me llamó.
-¿La señora de la casa?- dijo empezando.
-Si- dije- vivo sola,¿de parte de quién?
-Soy un compañero de tu padre- la voz se le empezó a poner muy triste y dijo- lo siento pero vuestro padre ha fallecido. Le haremos un funeral especial mañana por la tarde.
-Muchas gracias- dije a punto de ponerme a llorar, pero no por no verle, si no porque no podría recibir más cartas.
-Hasta mañana- dijo finalmente y colgó.

Hoy mi vida se podría decir que acaba. Ya nada importa. Me llamo Eduardo y os voy a narrar una historia real, pero a la vez horrible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario